Esta receta tiene la ventaja de que sirve para aprovechar deliciosamente las claras que “sobran” cuando se hace una receta que solo utiliza las yemas de huevo (como la crème brûlée que hice recientemente). Las claras se conservan 3 días en la nevera (en un cuenco recubierto con film plástico), pero para batirlas hay que sacarlas de la nevera varias horas antes porque se baten mucho mejor a temperatura ambiente.
Sépase que una bica es un bizcocho o bizcochuelo en gallego. Queda dicho.
Esta receta viene del blog de Isabel Fraga Blanco y puede verse aquí. Yo adapté las cantidades de los ingredientes para el molde que tenía y quedó perfecta. En su blog pone también la explicación para prepararla con la Thermomix, pero para esta receta en concreto es casi más sencillo hacerla con una buena batidora eléctrica corriente de varillas.
6 claras de huevo
250 g de azúcar
250 ml de nata para montar (35-40% de materia grasa)
250 g de azúcar (170 g + 80 g)
250 g de harina
40 g de azúcar para espolvorear (0 no)
Tamizar la harina y tenerla preparada.
Rociar un molde redondo de 24 cm con aerosol antiadherente para repostería (o forrar el molde con papel vegetal para horno).
En un cuenco grande y limpio (bien lavado, libre de grasa, si no, las claras no se baten bien), montar con batidora eléctrica las claras de huevo; cuando se vuelven espumosas añadir poco a poco los 170 g de azúcar restantes, batiendo hasta obtener un merengue bastante algo consistente.
En otro cuenco montar la nata (con la misma batidora: si solo se ha usado para batir previamente las claras, no hace falta lavar el instrumento de batir) junto con los 80 g de azúcar hasta tener una crema algo consistente.
Añadir la harina a la preparación de merengue en 3 o 4 veces, mezclando con suavidad y un suave movimiento envolvente con una espátula de silicona. A continuación añadir también en varias veces a esta preparación la nata montada, igualmente con la espátula de silicona y con el mismo elegante y muy suave movimiento envolvente, sin batir para que no se pierda el aire del merengue que es el único “leudante” del pastel.
Encender el horno y calentarlo a 190º.
Verter la masa en el molde preparado anteriormente y alisar la superficie con la espátula.
Espolvorear (si se quiere) con los 40 g de azúcar que quedan.
Hornear en el horno precalentado entre 40 y 50 minutos (en mi horno fueron 45 minutos), hasta que al pinchar el bizcocho con un palillo, éste sale limpio y seco.
Dejar enfriar en el horno dentro del molde con la puerta abierta durante 10 minutos, después colocar el molde sobre una rejilla y dejar enfriar completamente.
Y está para comérsela.
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