Por fin tengo las fotos del rico bizcocho que hice para mi último día de clase de alemán. La noche anterior había estado hasta las 10 en un curso de cocina india. Llegué a casa a las 11 de la noche, derrengada, y vi los 4 plátanos posmaduros en la frutera. Acto seguido, descubrí que no quedaba mantequilla en casa. Así que busqué la receta más fácil del mundo para hacer un pastel que utilizara mis plátanos pasados de rosca y usara aceite en lugar de mantequilla. Esto fue lo que encontré: un ejemplo paradigmático de antipastelería.
Ingredientes:
4 plátanos pasados de maduros (más o menos 1/2 kg)
2 huevos
1 taza de azúcar (yo le puse menos: 160 g, mitad morena y mitad blanca)
1/2 taza (120 ml = 80 g) de aceite de sabor neutro (maíz, girasol o cacahuete)
ralladura de 1/2 limón (o 1/2 naranja)
1 cucharadita de canela
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
2 tazas de harina (240 g)
1 cucharadita de levadura en polvo (polvo de hornear)
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
1/3 cucharadita de sal
50 g de nueces picadas
1. Se tamizan juntos la harina, la levadura en polvo, el bicarbonato, la sal y la canela.
2. En un cuenco grande se aplastan los plátanos con un tenedor.
Se añaden los huevos, el azúcar, el aceite, la ralladura de limón y la vainilla y se bate todo bien con un batidor de varillas de alambre o con un tenedor. A mano, no hace falta batir muchísimo.
3. Se incorporan con suavidad los ingredientes secos y las nueces, con una espátula de goma o con el batidor de varillas manual, agitando lo menos posible.
4. Se vierte la preparación en un molde para cake untado con mantequilla y espolvoreado con harina, y se mete en horno previamente calentado a 180º, durante unos 45 minutos. Se deja enfriar y se come.
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