Un nuevo ejemplo de "antipastelería", inspirada libremente en el clásico "bizcocho de yogur" que está al alcance de cualquier porción de protoplasma.
Y ya de paso, no hace falta decir que se pueden sustituir los duraznos/melocotones por otras frutas (manzanas, peras, plátanos, ciruelas, etc.).
Ingredientes:
2 huevos
170 g de azúcar (unos 3/4 de taza)
1/2 taza de leche
1/2 taza de aceite de sabor neutro (maíz, girasol, cacahuete)
100 g de almendras molidas (se compran ya en polvo, pero también se pueden triturar en un robot de cocina)
ralladura de 1/2 limón
1 cucharadita de extracto de almendras
200 g de harina
2 cucharaditas de levadura en polvo/polvo de hornear
3-4 melocotones o nectarinas (o sea, dicho en argentino, duraznos o pelones) [sí, se pueden usar melocotones en almíbar, pero NO es lo mismo)
2 cucharaditas de azúcar rubia (o azúcar común)
Primero dejamos preparado el molde, rociándolo con producto antiadherente o untándolo con mantequilla y espolvoreándolo con harina.
Después pelamos la fruta y la cortamos en gajos.
Ahora todo lo que falta (menos el horneado) se hace en unos 5 minutos.
Ponemos los huevos en un cuenco grande con el azúcar, la ralladura de limón, el extracto de almendras y 1 pizca de sal. Batimos a mano, con un batidor de alambre, durante unos 2 minutos. Añadimos la leche y el aceite y batimos como 30 segundos. Incorporamos las almendras molidas y batimos un momento. Tamizamos la harina encima junto con la levadura en polvo, y mezclamos todo rápidamente, siempre con el batidor de alambre. Es muy importante no batir demasiado una vez que se añade la harina, si no quedará duro el pastel porque se activará el gluten.
Ya está. Vertemos esto en el molde, decoramos a gusto con los duraznos, espolvoreamos con azúcar rubia (o no) y al horno, a 180º, unos 50 minutos. Después dejamos enfriar y ¡a gozar!
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