Adriana Milner's blog

Tarta de banana, coco y almendras al ron

Una receta para el robot de cocina Thermomix, pero esta en concreto es tan fácil de hacer a mano que no se gana gran cosa con el robot. Se puede hacer la masa como cualquier masa brisée o pasta frolla, a mano, y el relleno con la minipimer, o a mano también. Pero voy a ser leal a mi Thermomix y poner la receta como la hice yo.

Para la masa necesitamos:

180 g de harina
110 g de manteca blanda
60 g de azúcar impalpable
60 g de almendras en polvo (sin la piel)
20 g de Maizena
1 pizca de sal
50 ml de leche

Y para el relleno:
250 ml de crema de leche
80 g de azúcar impalpable
80 g de coco rallado seco
3 huevos

2 bananas grandes
1 limón (el jugo)
2 cucharadas soperas de ron
1 cucharada sopera de azúcar molida fina

Preparación con Thermomix:

Poner en el recipiente todos los ingredientes de la masa. Procesar a velocidad 4 durante 45 segundos. Retirar la masa del aparatejo, envolverla en plástico y dejarla reposar en la heladera media horita. Lavar el recipiente para preparar el relleno.

Romper los huevos en el recipiente (eso es lo que dice la receta, de verdad, sic). Añadir la crema, el azúcar, el coco rallado y el ron. Procesar a velocidad 3 durante 30 segundos.

Calentar el horno a 180º C.

Estirar la masa con el palo de amasar y colocarla en un molde de tarta (mejor recubierto con papel para horno). Pinchar el fondo (¡no, el forro nooooo!!!).

Verter encima el relleno y hornear 30 minutitos, o incluso 35. Dejar enfriar a temperatura ambiente.

Cortar las bananas en rebanadas y remojar en jugo de limón.

Colocarlas sobre la tarta, espolvorearlas con azúcar molida fina y servir.

Y claro, servirla y comerla. De lujo caribeño.

 

Bizcochuelo de manzana fácil

Hacen falta:
2 huevos
3/4 taza de azúcar
1/4 taza de aceite de sabor suave
1/2 taza de leche (o 1/3 de taza y 2 cucharadas de vino de Oporto, o de licor de naranja, o de limoncello)
ralladura de 1/2 limón
250 g de harina con leudante (o harina común con 2 cucharaditas de polvo de hornear)
1 pizca de sal.

Bueno, se ponen los huevos, el azúcar, el aceite, la leche y la ralladura de limón en un bol y se bate todo 2 minutos con un tenedor o un batidor de alambre.
Se tamiza encima la harina con el polvo de hornear y la sal y se mezcla suavemente 1 minuto.
Se vierte en un molde antiadherente de 23 cm pulverizado con spray para que sea todavía más antiadherente.
A horno moderado (180ºC) durante 50 minutos, o hasta que si se lo pincha con un palillo de dientes, este (el palillo) salga seco.
Se deja enfriar, y bueno, se come.

Panqueques de dulce de leche (y receta básica de crêpes)

En castellano argentino, panqueques; en francés crêpes; en España no sé, tal vez tortitas. La preparación es la misma tanto si el relleno va a ser salado como dulce. Yo les puse dulce de leche, que es lo único que me motiva a hacer panqueques en primer lugar. Sin embargo, hay quien les pone jamón y queso, pollo con béchamel, salsa de champiñones, espinacas y ricotta, etc. Y por otro lado, también están bien con Nutella, chocolate fundido, mermelada (mejor casera), jarabe de arce, crema Chantilly, etc. Conviene muchísimo usar sartén antiadherente.

Ingredientes para 8 crêpes (para 2-3 personas):

2 huevos
125 g de harina (1 taza escasa)
1 pizca de sal (1/4 de cucharadita)
250 ml de leche
1 cucharada de aceite
un trocito de manteca (5 g)
dulce de leche para el relleno

Preparación
Poner en un bol los huevos, la harina, el aceite y la sal y mezclar con un batidor de alambre hasta obtener un pegote amorfo (o sea, mezclar poquito).
Un batidor de alambre es esto:

Ir incorporando la leche en 3-4 veces y mezclando con el batidor de alambre hasta tener una mezcla homogénea (esto quiere decir: de preferencia sin grumos; en la vida real, se toleran unos pocos grumos, al cocer los crêpes no se notará). La mezcla es bastante líquida (chirle, para entendernos entre argentinos). Ahora se la deja "reposar" más o menos 1/2 horita. Esto no es banal, hay que hacerlo, mínimo absoluto 10 minutos; si saltan esta etapa y después los crêpes quedan correosos en lugar de blanditos, no me echen la culpa.
Ahora, a preparar los crêpes (o panqueques que es lo mismo). Se echa el líquido en una jarra graduada (con las medidas marcadas), se mira hasta dónde llega la preparación y se divide más o menos por 8. Es la cantidad que echaremos para cada panqueque. Pero primero se calienta un poquito la sartén antiadherente (disidentes sabrán a lo que se exponen), se pone para el primero solamente un trocito mínimo de manteca en el fondo. Ahora sí, se vierte la octava parte de la preparación, se inclina y se mueve la sartén para que la masa se distribuya por todo el fondo de ella, se cuece a fuego medio de un lado y, cuando empieza apenas a dorarse de ese lado, con una espátula fina y mucha valentía se le da la vuelta y se pone a cocer del otro lado. En caso de dificultad se levanta el borde del panqueque cuidadosamente con un cuchillo, se sujeta con la pinza digital (índice y pulgar, generalmente de la mano derecha, o de ambas manos) y se le da la vuelta. En pocos segundos estará hecho el primer panqueque.
Ahora se  unta bien de dulce de leche, se enrolla y se sirve.
Obviamente, también se pueden rellenar con Nutella, con mermelada, con azúcar y un chorro de jugo de limón, con algún helado, etc., pero en ese caso no serían panqueques de dulce de leche. Ustedes sabrán.

 

Bizcocho de nata

Hay pocas recetas tan fáciles como esta. Y sale delicioso.  Vamos a contar cómo se hace.
Ingredientes:
2 vasos (de 200 ml) de nata líquida
2 vasos de azúcar
4 huevos
ralladura de 1 limón
3 vasos de harina con levadura (o harina corriente con 4 cucharaditas de levadura en polvo, tamizada)

Preparación:
Se calienta el horno a 180ºC.
Se vierten en un recipiente grande el azúcar, la nata, la ralladura de limón y los huevos. Se bate todo junto, con un batidor eléctrico o un batidor manual de varillas de alambre, durante 3-5 minutos. Se va añadiendo la harina tamizada junto con la levadura en polvo, mezclando con una espátula de silicona.
Se vierte en un molde de anillo desmontable de 23 cm de diámetro, enmantecado y espolvoreado con harina. Se hornea durante aproximadamente 1 hora.

Eso es todo.

 

Panellets

Después de mi [reciente] jubilación me dediqué a la farándula. Este mes de diciembre hicimos cinco representaciones de "Doña Rosita la soltera". En el segundo acto de esta preciosa obra de Federico García Lorca tiene lugar una visita de tres solteronas y su señora madre, Enriqueta de Scarpini (representada por quien esto escribe), a doña Rosita, en la que se mencionan (y consumen en escena) varios dulces tradicionales, concretamente piñonate, pastel de gloria y huesos de Santa Catalina. Como pretendíamos ser lo más fieles posible al guión (guion según el nuevo DRAE), investigamos de qué dulces se trataba y vimos que por piñonate se entiende varias cosas diferentes, entre ellas una receta muy similar a la de los panellets que en Cataluña se devoran en ingentes cantidades para la fiesta de todos los santos (1 de noviembre). Así pues, por parecer los más fáciles de reproducir con medios caseros y por ser exquisitos y además fáciles de deglutir en un contexto teatral, optamos por ellos. La preparación es muy sencilla (suelen prepararlos los niños de parvulario) pero lleva tiempo porque se les da forma uno a uno, como a las albóndigas. Para la obra los hicimos en versión "mini", aunque pueden y suelen  hacerse más grandes. Se ruega ignorar el lamentable aspecto de enana hidrocéfala embarazada que tengo en la foto, por ahora no tengo otra mejor que incluya estos ricos dulces.

250 g de almendras molidas
160 g de azúcar (puede ser mitad azúcar común y mitad azúcar glas o impalpable)
250 g de boniato/batata
ralladura de 1/2 limón
1 huevo
225 g de piñones

En primer lugar se cuece el boniato, previamente pelado, en agua con poca sal y un buen chorro de zumo de limón, hasta que esté tierno (unos 20 minutos). Se escurre, se coloca en un cuenco y se aplasta bien con tenedor para obtener un puré homogéneo.
A esto se le añaden la mitad del huevo batido, el azúcar y la ralladura de limón y se mezcla rápidamente con el tenedor.
En otro cuenquito se mezclan los piñones con el resto del huevo. Se van formando bolitas de la primera mezcla, de unos 3,5-4 cm de diámetro como máximo (para la obra se hicieron muy pequeñas, de unos 2 cm). Se van rebozando una a una en los piñones mezclados con el resto del huevo, haciéndolos rodar entre las palmas para que salgan lo más redondos que sea posible, con los piñones lo mejor adheridos posible. Se ponen a cocer en una bandeja de pastelería cubierta con papel para hornear o Silpat, en horno a 190ºC durante 20-25 minutos, hasta que estén ligeramente dorados. Ya está. Hay variantes rebozadas con granulado de almendras, almendras fileteadas, sésamo/ajonjolí, etc., pero claro, esos otros no podrían llamarse piñonate, y estos son finos y deliciosos. Se pueden presentar en pirotines de papel o en cápsulas de papel dorado.

Bizcocho muy fácil de manzana

Ingredientes (para un molde de unos 26 cm):
2 huevos
1/2 vasito (90 ml) de leche
1/2 vasito (90 ml) de aceite de girasol (u otro de sabor suave)
ralladura de 1 naranja
150 g de azúcar
200 g de harina con leudante (o de harina común con 2 cucharaditas de levadura en polvo/polvo de hornear)
2 manzanas grandes

Preparación:
Se precalienta el horno a 190ºC.
Se rocía el molde (de 26 cm) con producto para facilitar el desmoldado.

Se pelan las manzanas, se cortan por la mitad, se vacía el centro y se cortan en rebanadas finas.
Se baten con la minipimer los 5 primeros ingredientes durante 2 minutos.

Se agrega la harina y se mezcla con un batidor de alambre (sin batir, solo lo necesario para deshacer los posibles grumos).

Se vierte el preparado en el molde, se alisa y se colocan las rebanadas de manzana de forma decorativa.

Al horno más o menos 1/2 hora, y ya está (probar si está cocida pinchando con un palillo de dientes -nuevo- que deberá salir limpio). Dejar enfriar, desmoldar y zampar.

Onik Leicaj (bizcocho de miel judío para Rosh Hashana)

Receta adaptada de la publicada por Pichi Hilu en la página "Recetas Judías" de facebook, modificada esencialmente en el sentido de la simplificación, pero reduciendo también las proporciones para hacer un solo bizcocho más bien pequeño. Mi prima Clarisa hace una receta parecida que consiguió sonsacar a su abuela y que está buenísimo, y suele hacer cantidades mucho más generosas para compartir con la familia. Cuando tenga razones para pensar que de verdad me pagarán mi pensión, probaré su versión y a lo mejor hasta comparto, mientras tanto seguiré siendo una rata.
Suele servirse para el año nuevo judío, con la idea de "endulzarlo". La idea no es mala, pero no siempre funciona.

Ingredientes:

• 1 huevo grande
• 1/2 manzana ácida (Granny Smith) pelada y sin pepitas
• 1/4 taza de aceite de sabor neutro
• 100 g de azúcar (puede ser moreno de caña)
• 100 g de miel
• 1/4 taza de zumo de naranja exprimida
• la ralladura de la piel de la naranja o de 1/2 limón
• 1 cucharadita de café instantáneo (Nescafé)
• 1/2 cucharadita de canela molida
• 1/4 cucharadita de clavo de especia molido
• 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
• 200 g de harina con leudante (o bien con el añadido de 2 cucharaditas de levadura en polvo - baking powder - polvo de hornear)
• 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
• 4 cucharadas de nueces picadas no muy finas

Preparación:
Por una parte, se pasa por tamiz la harina con la levadura en polvo (si no la lleva incorporada) y el bicarbonato.
Por otra parte, se embadurna un molde desmontable con mantequilla y se espolvorea con harina sacudiéndolo luego boca abajo para quitarle el exceso. Yo usé un molde de tubo de 23 cm de diámetro.
Se enciende el horno a 180ºC.
A continuación se ponen en un cuenco todos los ingredientes restantes (salvo la harina, el bicarbonato y las nueces) y se baten 2 minutos con batidora de inmersión (minipímer, bah) hasta que la manzana se haya deshecho totalmente.
Por último se vierte encima la harina ya tamizada y mezclada someramente con las nueces, y se revuelve todo de forma envolvente con la espátula de goma (o de silicona, de goma no sé siquiera si todavía existen), con suavidad y sin batir.
Al molde, y al horno hasta que la prueba del palillo dé palillo limpio (a mí me llevó 30 minutos). Más fácil está difícil.

Torta de durazno con almendras

Un nuevo ejemplo de "antipastelería", inspirada libremente en el clásico "bizcocho de yogur" que está al alcance de cualquier porción de protoplasma.
Y ya de paso, no hace falta decir que se pueden sustituir los duraznos/melocotones por otras frutas (manzanas, peras, plátanos, ciruelas, etc.).

Ingredientes:
2 huevos
170 g de azúcar (unos 3/4 de taza)
1/2 taza de leche
1/2 taza de aceite de sabor neutro (maíz, girasol, cacahuete)
100 g de almendras molidas (se compran ya en polvo, pero también se pueden triturar en un robot de cocina)
ralladura de 1/2 limón
1 cucharadita de extracto de almendras
200 g de harina
2 cucharaditas de levadura en polvo/polvo de hornear
3-4 melocotones o nectarinas (o sea, dicho en argentino, duraznos o pelones) [sí, se pueden usar melocotones en almíbar, pero NO es lo mismo)
2 cucharaditas de azúcar rubia (o azúcar común)

Primero dejamos preparado el molde, rociándolo con producto antiadherente o untándolo con mantequilla y espolvoreándolo con harina.
Después pelamos la fruta y la cortamos en gajos.

Ahora todo lo que falta (menos el horneado) se hace en unos 5 minutos.
Ponemos los huevos en un cuenco grande con el azúcar, la ralladura de limón, el extracto de almendras y 1 pizca de sal. Batimos a mano, con un batidor de alambre, durante unos 2 minutos. Añadimos la leche y el aceite y batimos como 30 segundos. Incorporamos las almendras molidas y batimos un momento. Tamizamos la harina encima junto con la levadura en polvo, y mezclamos todo rápidamente, siempre con el batidor de alambre. Es muy importante no batir demasiado una vez que se añade la harina, si no quedará duro el pastel porque se activará el gluten.

Ya está. Vertemos esto en el molde, decoramos a gusto con los duraznos, espolvoreamos con azúcar rubia (o no) y al horno, a 180º, unos 50 minutos. Después dejamos enfriar y ¡a gozar!

Tiramisù de naranja con fresas

Tenía que hacer un postre rico, fresco y no muy complicado. Y en lo posible, ligero. Por eso del calor. Así que decidí veranizar mi receta clásica de tiramisù, sustituyendo el café y el amaretto por zumo de naranja y Cointreau, y el cacao por fresas (las ricas fresas de Wépion, en este caso). Por supuesto que en cuanto al sustrato fundamental del tiramisù, no admito compromisos, siempre es verdadero mascarpone.

Eccolo quà:

500 g de mascarpone
4 yemas de huevo
3 claras de huevo (a temperatura ambiente)
100 g de azúcar glas
20 ml de Cointreau o Grand Marnier
200 g de bizcochos (savoiardi)
Para remojar
Ralladura de 2 naranjas y zumo de 3-4 (unos 300 ml)
1 cucharada de azúcar si el zumo es ácido
3 cucharadas de Cointreau o Grand Marnier
200 g de fresas

Empezamos por limpiar y cortar las fresas.

Después batimos las claras a punto de nieve.

Después mezclamos en un cuenco, con un tenedor, el mascarpone, las yemas, el azúcar glas, el Cointreau (las 3 cucharadas) y la ralladura de 1 naranja.
Les incorporamos con suavidad las claras batidas.

Mezclamos en un cuenco el zumo de naranja y la ralladura restante, 1 cucharada de Cointreau y si se quiere, 1 cucharada de azúcar.

En esta preparación remojamos los bizcochos rápidamente y los vamos poniendo en el fondo de un molde. Cubrimos con una capa de la crema de mascarpone y otra de fresas. Después repetimos otra vez estas tres capas, y a la nevera.

Misión cumplida: rico, fresco, fácil. ¡Ideal!

La antipastelería - Explicación

Para los poquísimos pero fieles seguidores de este blog (que se cuentan con los dedos de media mano, probablemente), resultará extraño descubrir que algunas de mis recetas, en lugar -o además- de figurar como "bizcochos", "galletitas" o "mermeladas", aparecen con la etiqueta de "antipastelería". Me ha parecido oportuno explicar qué quiero decir con este término inventado por mí.

La pastelería en general es una especie de "ciencia exacta". Todos los detalles cuentan. Los huevos a temperatura ambiente, el molde bien embadurnado de mantequilla y espolvoreado de harina, la temperatura del horno, la exactitud de las cantidades de los ingredientes, los tiempos de reposo de las masas, los utensilios adecuados, y un sinfín de etcéteras. Precisamente todos estos "secretos profesionales" son los que suelen ejercer un fuerte efecto disuasorio sobre quienes tienen ganas de preparar algo rico pero carecen de práctica/tiempo/ganas/instrumental especializado, y piensan que será mejor que compren algo en la pastelería de la esquina.

Existe, sin embargo, todo un universo al margen de la logia de los pasteleros expertos, en el que es posible preparar un postre casero exquisito, en poco tiempo, con poco gasto, con ingredientes normales que se tienen en las casas, con un cuenco, un tenedor y una cuchara más una bandeja de horno o un molde para bizcocho normal y corriente y nada más como utensilios. Y bueno, en muchos casos, son de las recetas con las que más éxitos he cosechado. Así que ya sabéis, los timoratos, cuando tengáis ganas de impresionar sin demasiado esfuerzo, ¡se puede! ¡Vaya si se puede! No le digáis a nadie que habéis usado una fórmula de antipastelería, claro. Hay que poner cara de falsa modestia y recibir tranquilamente los elogios.