Adriana Milner's blog

Polpettone o albondigón relleno con huevos duros y espinaca

Ingredientes para 5 -6 personas

    600 g de carne picada (mezcla de ternera y cerdo)
    5 huevos
    70 g de queso rallado
    60 g de miga de pan blanco
    450 g de espinaca fresca
    1 manojo de perejil picado
    sal a gusto
    1 cebolla picada y rehogada en aceite (optativa)
    2 dientes de ajo triturados (optativos)
    un poco de pan rallado (digamos 2-3 cucharadas rasas)

Preparación

    Lavar bien las espinacas frescas, escurrirlas y cocerlas en un cazo con el agua que tienen adherida y un poco de sal, con la cacerola tapada. Colarlas y exprimirlas bien para eliminar el exceso de agua.

    Preparar 4 huevos duros, cociéndolos en agua durante 8-10 minutos. Mezclamos en un cuenco la carne picada con 1 huevo, la miga de pan remojada en un poco de leche, la cebolla picada y sofrita en aceite de oliva (optativa), el ajo (optativo), el queso rallado, el perejil picado y sal a gusto; unir bien con la mano para que quede una preparación homogénea.

   Sobre un rectángulo de papel para horno espolvoreado con pan rallado extendemos esta preparación; por encima extendemos la espinaca picada y colocamos los huevos en fila a lo largo.

   Arrollamos la preparación ayudándonos con el papel para horno, cerramos los extremos, y envolvemos con el papel como si fueraun caramelo.

En horno precalentado a 200ºC se cocina durante 40-45 minutos. Se deja entibiar durante al menos  10 minutos antes de cortarlo en rebanadas.

La receta original viene de aquí: https://blog.giallozafferano.it/lhofattoio/polpettone-ripieno-di-spinaci-e-uova-sode/ , pero yo usé miga de pan remojada en lugar de pan rallado.

 

Pollo a la cerveza

Esta receta es facilísima, ligera, requiere pocos ingredientes y nos gusta a todos. Para los niños, señoras en dulce espera y otras personas que por algún motivo no consuman alcohol, les diré que el que contiene la cerveza se evapora totalmente en esta preparación. La receta es de Benedetta Rossi, publicada en su libro "Insieme in cucina".

Hacen falta:
1 Kg de pollo (muslos y contramuslos)
330 ml de cerveza
1 cebolla grandecita (y 1 pimiento rojo alargado si se quiere, las dos cosas limpitas y picaditas)
1 zanahoria troceada y un poco de guisantes congelados, si se quiere pero son buena opción
unas ramitas de romero
un poco de harina
aceite de oliva del bueno
sal y pimienta
patatas para acompañar (digamos 1 Kg, peladas y troceadas)

Se condimentan los trozos de pollo con sal y pimienta, se pasan por harina y se sacuden.
Se calienta el aceite en una sartén o cacerola grandecita y se doran los trozos de pollo.

Se retiran de la sartén y en lo que queda de aceite se sofríen la cebolla picada (y el pimiento si se quiere).

Se vuelve a incorporar el pollo, la zanahoria y los guisantes si se ponen, y la cerveza (sin la lata).

Se cuece todo junto a fuego suave con la cacerola más bien tapada, durante 45 minutos.

Si se evapora mucho la cerveza y parece que va a a quedar seca la salsita, se añade medio vaso de agua (o caldo) a media cocción.
Se sirve acompañado de papitas horneadas con sal, aceite de oliva (también del bueno) y ramitas de romero, o también se pueden acompañar con ñoquis, claro.

¿Les gustó?

 

Lasagne alla siciliana

Es lo que comimos para el primer cumpleaños de mi primer nietito. Estaban muy ricas. La receta, muy auténtica y muy buena, venía del blog de loti64 en la plataforma giallozafferano, y se puede ver aquí.

Para el ragù siciliano con carne y guisantes

•     800 g de carne picada (mezcla de vaca y de cerdo)
•     1 cebolla
•     400 g de guisantes (=arvejas; frescas o congeladas)
•     1,5 l de pulpa de tomate tamizada (passata di pomodoro)
•     4 cucharadas de aceite bueno de oliva
•     2 hojas de laurel
•     3 hojas de albahaca fresca
•     sal a gusto

Para la salsa béchamel

•     500 ml de leche
•     50 g de mantequilla
•     50 g de harina
•     1 pizca de sal
•     nuez moscada a gusto

Para el relleno

•     350 g de jamón cocido bueno en lonchas
•     400 g de queso mozzarella (bien escurrido)
•     500 g de lasañas al huevo (pasta seca)
•     queso parmesano rallado a gusto (más bien abundante)

PREPARACIÓN DEL RAGÙ

Cortar la cebolla en rebanadas muy finas. Rehogarlas en el aceite de oliva en una cacerola grandecita.

Añadir la carne picada y cocer rápidamente removiendo hasta que la carne cambie de color.

Añadir los guisantes frescos o congelados y el laurel, remover, cocer 3 minutos a fuego suave y añadir los tomates triturados.

Rectificar la sal, agregar las hojas de albahaca fresca y cocer durante 2 horas a fuego suave con la tapa de la cacerola apenas abierta.

PREPARACIÓN DE LA BÉCHAMEL

Preparar con los ingredientes indicados una béchamel bastante líquida.

MONTAJE DEL PLATO

Aplastar la mozzarella con un tenedor.

Escaldar las lasañas en abundante agua hirviente con 1 cucharada de aceite, colarlas y colocarlas sobre papel "para horno" para evitar que se peguen.

Se podrían no escaldar si se usa pasta fresca o si la béchamel es bien líquida y el ragù no muy denso.

En una fuente para horno ligeramente aceitada poner un cazo de ragú y unas cucharadas de béchamel. Mezclar y alisar en el fondo de la fuente.

Colocar la primera capa de lasañas, cubrir con abundante salsa, lonchas de jamón cocido, mozzarella aplastada y béchamel.

Repetir las capas hasta agotar los ingredientes.

Terminar con la última capa de pasta, ragù, béchamel y abundante queso parmesano rallado.

Cocer en horno precalentado a 180°C durante unos 40 minutos (según el horno). Deben estar bien cocidas y con el queso gratinado.

Dejar reposar unos minutos y servir.

Las lasañas a la siciliana sin hornear se conservan en la nevera durante 2-3 días cubiertas con film plástico. Se pueden congelar, y se pueden recalentar.

Bonèt (dulce tradicional piamontés)

Este postre tiene la consistencia de un budín de pan al chocolate, pero infinitamente más suave y sofisticado. El nombre se pronuncia "bunét", no me pregunten por qué.

Hace falta:

• 1/2 litro de leche
• 50 g de galletas (tipo María o bizcochos de soletilla o vainillas o savoiardi si se encuentran)
• 60 g de amaretti (estos no tienen sustitución) y unos pocos más para decorar el postre
• 2 cucharadas de cacao amargo
• 100 g de azúcar (más un poco para el caramelo)
• 1/2 tacita de café bien cargado
• 2 cucharadas de ron o licor amaretto
• 3 huevos

Se muelen las galletas y los amaretti en el Thermomix, vel. Turbo, 30 segundos.
Se añade el resto de ingredientes y se trituran a vel. 6/7 durante 25-30 segundos.
Se prepara un poco de caramelo con 60 gramos de azúcar e inmediatamente se recubre con él un molde para flan o budín alargado. Se vierte la preparación y se cuece en el horno a baño María, a 180ºC, unos 45 minutos.
Se retira del agua, se deja enfriar y se refrigera unas horas antes de desmoldarlo. Se decora con amaretti.

 

Ossobuco alla milanese (más o menos)

A Natalia y a mí nos encanta el ossobuco, no solamente porque el guisote está muy bueno, ni porque nos gusta la cocina milanesa o alguna de esas irrelevancias, sino porque nos permite caer en el vicio irredento e irredimible de devorar el tuétano de los huesos que este plato contiene, untados (y casi diría ungidos) sobre una rebanada de pan, a los que sumamos con regocijo algún hueso más (y su tuétano). Quien no sea consciente de que ossobuco significa un hueso con agujero -el agujero que contiene el precioso tuétano- y adquiera para preparar este plato porciones de seudoossobuco que no tengan tuétano dentro, no merece probar esta delicia.

Yo lo preparo como me gusta a mí, es decir, con tiempo de cocción prolongado y temperatura suave (uso una slow cooker, es decir una olla eléctrica de cocción lenta, con temperatura regulada para que se mantenga bajita), y con abundante salsita para acompañarlo ya sea con un risotto (a la milanesa también) o con tallarines o gnocchi o, en caso de no tener algo más atractivo, con patatas cocidas.

Vamos a ello. Necesitamos (para 2 personas más bien tragonas):

• 2 trozos de ossobuco (diríamos de jarrete de ternera o mejor de vaca si estuviéramos en España)
• algún hueso más con tuétano (o hueso de caña)
• 1 zanahoria pequeña
• 1 cebolla pequeña
• 1 tronco de apio
• 2 dientes de ajo
• 1 chorro de aceite de oliva bueno
• 1/2 vaso grandecito de vino blanco (suelo usar Chardonnay) y otro 1/2 vaso de agua
• una pizca de albahaca y otra de orégano
• 1 lata de tomate en cubos (suelo usar Elvea)
• 1/2 cucharada de azúcar si el tomate es ácido
• sal y pimienta
• la ralladura de 1/2 limón (mi secreto mejor guardado)

Veamos:
Salamos y enharinamos los trozos de carne y los freímos en un poco de aceite. Conviene que se doren un poco por fuera pero no hace falta que queden cocidos en su interior.


Los depositamos en el fondo de la slow cooker (o de una buena cacerola para guisotes que tenga fondo grueso y una tapa que tape bien).
A continuación trituramos juntos la zanahoria, la cebolla y el apio. Se puede hacer pacientemente a mano, o bien con  un robot de cocina. No tiene que quedar un licuado sino trocitos bien pequeños de verdura.

Esto se saltea luego en un cazo con el aceite de oliva y la sal, sin que se dore mucho. Después se añaden las hierbas y el ajo, se rehoga un momento y se añade el vino blanco y {el contenido de] la lata de tomates, añadiendo azúcar si el tomate estuviera muy ácido. Tiene que quedar una preparación con bastante líquido porque va a cocer durante mucho rato.


Sin dejarle más tiempo de cocción se vierte sobre la carne (tratando de que también se extienda por debajo de esta para que no se adhiera a la olla). Se tapa bien la slow cooker o la cacerola y se pone a cocer a fuego bajísimo (a 60º en el caso de la slow cooker) durante 4-6 horas.

Unos 5 minutos antes de acabar la cocción se añade la ralladura de limón. Ya está.

Como la mayoría de los guisos, está todavía mejor si reposa una noche entera y se consume al día siguiente.

Se suele servir con risotto alla milanese clásico, pero esta vez lo serví con tallarines caseros. Buenísimo.

Torta caprese con limón y chocolate blanco

El otro día me trajeron almendras (con cáscara) y un limón de Sicilia. Llevaba días queriendo hacer una torta caprese (de Capri), pero el limón me inspiró a hacer la versión ... de limón. Salió buenísima.

350 g de almendras (peso neto; el trabajo de cascarlas es cosa de cada uno; yo usé la mitad con la piel y la otra mitad repeladas y tostadas)
200 g de azúcar (con 150g basta)
200 g de chocolate blanco de buena calidad (Côte d'Or)
150 g de mantequilla blanda
70 g de harina
5 huevos
1 limón grande (la piel pelada fina yel  zumo)
1 sobrecito de levadura en polvo (o 2 cucharaditas un poco llenas)
1 cucharadita de extracto de vainilla
2 cucharadas soperas de licor limoncello
1 pizca de sal
azúcar glas (impalpable) para espolvorear

Se colocan en el recipiente de la Thermomix las almendras, el chocolate blanco cortado en trozos y la piel del limón, se tritura esto 30 segundos a velocidad turbo.
Se añade la mantequilla, los huevos y el azúcar y se tritura 30 segundos a velocidad 6.
Se añaden todos los demás ingredientes y se une todo durante 50 segundos a velocidad 6.
Se vierte el compuesto en un molde desmontable previamente untado con mantequilla y espolvoreado con harina (o pulverizado con el preparado antiadherente para que no se pegue al molde).
Se cuece en horno precalentado a 180º durante 50-60 minutos.
Una vez fría se espolvorea con azúcar impalpable. Se puede acompañar, si se desea, con nata montada y/o helado de vainilla.

Pastiera napoletana

La primera semana de febrero la pasé con mi hija en Nápoles y la costa amalfitana. Con cierta desconfianza por mi parte, probamos la pastiera, una curiosa tarta -rellena de una preparación de trigo cocido y ricotta con aroma a azahar y naranja- que inesperadamente nos encantó. Tradicionalmente se prepara para Pascua, pero sospecho que hoy por hoy en Nápoles se encuentra en cualquier época del año.

Vamos con los ingredientes:
Para el trigo cocido:
1 bolsita de trigo Ebly "crudo" de 125 g (en realidad está precocido pero seco)
agua
1 pizca de sal
350 ml de leche
1 cucharada de azúcar
1 cucharada de mantequilla
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
ralladura de 1/3 de limón y 1/3 de naranja (sin insecticidas, o al menos bien lavada la fruta antes de rallar)
Para la pasta frolla:
350 g de harina
1 cucharadita de levadura química en polvo (polvo para hornear Royal o similar)
150 g de mantequilla
125 g de azúcar
1 huevo
1 pizca de sal
ralladura de 1/3 de limón y 1/3 de naranja
Para la ricotta:
500 g de ricotta (mejor si es de oveja; aquí en Bruselas se encuentra con cierta dificultad, en ciertas tiendas de alimentación italianas)
200 g de azúcar
4 huevos (o 3 huevos y 2 yemas más)
ralladura de 1/3 de limón y 1/3 de naranja
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
1 cucharada de agua de azahar (o una ampolla de aroma Mille fiori comprado en Nápoles)
1 pizca de canela
70 g de piel de naranja confitada picada

Empezamos por cocer el trigo en bastante agua con una pizca de sal, dejándolo hervir suavemente 20 minutos. Lo colamos, lo mezclamos con los restantes ingredientes y trituramos un poquito con la batidora de inmersión (minipimer para entendernos) sin que los granos de trigo se deshagan del todo. Cocemos la preparación a fuego suave unos 10 minutos más y dejamos enfriar, revolviendo cada tanto para que no se forme una película seca por encima. Queda una preparación de consistencia similar a una béchamel ligera con "tropezones" de trigo.
Para preparar la pasta frolla se siguen las instrucciones del enlace que figura en los ingredientes. Se envuelve en plástico y se deja reposar al menos 1 hora en la nevera.
La preparación de la ricotta no tiene secretos: se mezcla todo y ya está.
Por último se combinan la preparación de trigo  y la de ricotta.

Se estiran las 2/3 partes de la pasta frolla con el rodillo de pastelería y se cubre con ella el fondo y las paredes de un molde de tarta de unos 28 cm de diámetro.
Se vierte el relleno y se decora con tirillas de masa obtenidas después de estirar el resto de esta. Se pinta la masa con huevo batido si se desea, y se hornea a temperatura moderada (190ºC) más o menos 1 hora. Se deja enfriar bien, y a disfrutar. Si no se acaba en la primera embestida, se conserva en la nevera, tapada con una campana o envuelta en film plástico.

Gnocchi di ricotta

Ayer estuve en una tienda de productos de alimentación italianos y vi que tenían ricotta di pecora, es decir, de oveja. Nunca la había probado, pero sabía que es la adecuada para rellenar los cannoli sicilianos por ser menos húmeda que la de vaca. Sin embargo, empecé por utilizar la mitad para hacer algo que hacía años que no hacía: ñoquis de ricotta. Siempre me habían salido muy pesados porque al usar ricotta con demasiada humedad, había que añadir demasiada harina a la preparación. Esta vez estaban perfectos. Para no olvidar cómo los hice, anoto la receta.

Ingredientes para 3 personas (la receta dice 4, no le crean)
250 g de ricotta de oveja
150 g de harina
1 huevo
50 g de queso parmesano rallado
1/2 cucharadita de sal

Se hacen igual que los ñoquis de papa, pero más rápido porque no hay que pelar ni cocer las papas. Se mezcla todo a mano, se forman "choricitos" largos de masa sobre una mesa enharinada, se cortan trocitos y si se quiere se decoran con la ñoquera o un tenedor. Luego se cuecen en agua hirviendo con sal hasta que todos suben a la superficie del agua.
Para condimentarlos hice lo más fácil que se me ocurrió: sartén, chorro de buen aceite de oliva de Ildefonso, ajito en rebanadas finas, un poco de rucola y tomatitos cherry cortados por la mitad; se saltea todo sobre el fuego y se mezcla en la misma sartén con los ñoquis escurridos.

Torta pascualina

Esta receta, traída a la Argentina por inmigrantes italianos y en particular ligures, se convirtió hace muchas décadas en un clásico de Cuaresma porque no contiene carne, siendo de este modo un plato de abstinencia (de carne, no de gusto). Los argentinos la comemos con deleite cualquier día del año.

Para la masa hacen falta:
300 g de harina (yo puse 230 g de harina normal y 70 g de harina de trigo duro)
150 g de agua fría
50 g de aceite de oliva
1 cucharadita de sal.
Para el relleno:
600 g de espinaca (congelada o fresca), cocida, muy bien exprimida para quitar el agua de cocción, y luego picada
1 cebolla grande picada
2 dientes de ajo picados
6 cucharadas de aceite de oliva
200 g de ricotta
50 g de queso parmesano rallado
sal, orégano y pimienta a gusto
6 huevos

Preparamos primero el relleno:
Se sofríe en 4 cucharadas de aceite la cebolla picada hasta que se ponga transparente. Se añaden las espinacas y el ajo, se condimenta, con sal, pimienta y orégano y se sofríe todo junto durante unos 5 minutos.

Se deja enfriar y se mezcla con los quesos y 1 huevo. Se comprueba que tenga suficiente sal.

Ahora nos dedicamos a la masa, que para ahorrar algo de tiempo preparé en la Thermomix pero puede hacerse amasando todo a mano:
Se ponen los ingredientes en el recipiente de la Thermomix (sin olvidar la sal, que a mí se me olvidó), se programan 2 minutos, recipiente cerrado y modo espiga. Ya está. Se divide en 2 trozos de 150 g cada uno y otros 2 de 100 g cada uno y se dejan reposar media hora, tapados con un paño.

Ahora viene el armado de toda esta estructura:
Se estira bien fino, sobre mesa enharinada, uno de los bollos de masa de 150 g, de modo que quede un círculo grande que rebase los bordes del molde. Se lo levanta enrollándolo suavemente alrededor del rodillo de amasar y se lo coloca con cuidado en un molde antiadherente de 25 cm, previamente untado con mantequilla y espolvoreado con harina, dejando colgar el exceso de masa por fuera del borde. Se pincela la masa con aceite de oliva. Se estira la segunda porción de masa de 150 g y se coloca de igual modo sobre la primera.

Sobre esto se coloca el relleno ya frío. Se hacen 5 huecos con una cuchara y en cada uno se casca un huevo. Se salan ligeramente los huevos.

Se estira uno de los bollos de masa de 100 g, se coloca sobre el relleno adhiriéndolo a la masa que ya está en el molde. Se pincela con aceite. Se estira y se coloca el último trozo de la masa, pegando bien los bordes a la "pared" de masa. Se corta el excedente de masa y se pincela la superficie con aceite.

Se hornea esta delicia a 180ºC unos 50 minutos, hasta que apenas empiece a dorarse. Se sirve templada o a temperatura ambiente.

Canestrelli de Liguria

Esta tenía que ser mi primera participación en el reto "Cocina Regional Italiana", pero por pura desorganización mía y por el hecho de que en la última semana estuve en Madrid 6 días, se me complicó la cosa. Como las galletas salieron buenísimas las publico igual -fuera de plazo, y como Maggie (la del reto en cuestión) dijo que se podía, he usado un atajo: las hice con una receta del foro "oficial" de Thermomix de Italia que, además de su rapidez, salvó el inconveniente de que no tenía almendras molidas en casa. El resultado de esta preparación no se diferencia en nada de una buena pasta frolla de la mejor calidad, y sí, he visto por ahí recetas de estas deliciosas pastitas que llevan almendras molidas, maicena, yemas de huevo duro y otras variantes, y he sabido que también se preparan en la región piamontesa y (¡oh, sorpresa!) en Córcega. Parecería que las del Piamonte no llevan almendras, y las de Córcega llevan anís y tienen una forma distinta aunque se llaman igual. Estas de Liguria tienen una forma que recuerda vagamente una cesta, de ahí su nombre.

A ello. Necesitamos (para la cantidad reducida que hice teniendo en cuenta que vivo sola, y con la que me salieron 21 canestrelli):
45 g de azúcar
la ralladura de 1/3 de limón (o la piel sin rallar de 1/3 de limón)
75 g de mantequilla
110 g de harina
1 yema de huevo cruda
azúcar impalpable/glas para espolvorear

Ponemos en el recipiente de la Thermomix el azúcar y la ralladura de limón y trituramos 15 segundos a velocidad 8. Con la espátula de goma desplazamos al fondo del recipiente el azúcar que se haya adherido a las paredes del mismo.
Añadimos los ingredientes restantes (salvo el azúcar glas) y trituramos 20 segundos a velocidad 5.
Retiramos la masa del "vaso" de la Thermomix, unimos rápidamente para formar una bola de masa, envolvemos en papel film y refrigeramos 30 minutos.
Ahora extendemos la masa con un rodillo, la cortamos con el cortapastas específico para esto y disponemos las galletas en un molde cubierto de Silpat o papel para hornear.
Cocemos en horno a 170ºC durante 15 minutos. Deben quedar bastante blanquitos. Dejamos enfriar bien y espolvoreamos con azúcar glas. Ya está. Y bueno, por no tener, tampoco tenía azúcar glas, así que las espolvorearé mañana y pondré una nueva foto.

Quien quiera, puede ver aquí los atractivos resultados de las (pocas) personas que llegaron a cumplir el plazo. A ver si para el próximo me centro mejor. Pero al menos, mañana tendré algo bueno para el desayuno.

Ravioli di melanzane e mozzarella al filetto di pomodoro fresco

Hace unos días estuve en Ivrea (provincia de Turín) para ver su famoso Carnaval. Por supuesto, no pude resistirme y compré un nuevo libro de recetas de Claudio Sadler -chef del restaurante homónimo de Milán-, titulado "Menù per quattro stagioni". Y por supuesto, a los pocos días de volver a Bruselas lo estrené con estos deliciosos y originales ravioles de berenjena.

Como estaban buenísimos, apunto la receta para tenerla localizada. El señor Sadler púdicamente dice que su receta es para 10 personas, pero yo diría que con estas cantidades no comen de ninguna manera más de 7 personas no muy hambrientas. El que avisa no es traidor. En Italia la pasta se considera un primer plato, en mi casa es EL plato, y la gente suele pedir más.

Ingredientes:
500 gr de pasta casera (como ya expliqué la preparación de la pasta en esta otra receta, solo diré que los ingredientes para la pasta son 4 huevos y 400 g de harina para unas 8 personas)
2 berenjenas redondeadas violetas (diría que unos 500 g)
400 g de mozzarella de búfala
1 kg de tomates frescos maduros y con sabor
2 manojos de albahaca fresca
100 g de queso Grana Padano o parmesano rallado
60 g de perejil picado
1 diente de ajo
aceite de oliva de buena calidad y sabroso (la receta dice 200 g, a mí me pareció muchísimo y por lo tanto puse menos)
sal y pimienta (y una pizquita de azúcar si el tomate es muy ácido)

Se pelan las berenjenas, se cortan en rebanadas de 1/2 cm de espesor y se cuecen en sartén antiadherente con un chorrito escaso de aceite. Una vez cocidas por los dos lados se pican a cuchillo. No tiene que quedar un puré.

Se corta en cubitos pequeños la mozzarella bien escurrida y secada con un paño. Se puede usar la más sequita que se vende para pizza.

Se mezclan bien las berenjenas con la mozzarella, el perejil y parte de la albahaca picados y el queso rallado.

Se estira la pasta con la máquina ad hoc dejándola bastante fina.

Con una cucharita se van formando montoncitos de relleno sobre la pasta, dejando un poco de espacio entre ellos. Se recubre con otra hoja de pasta estirada y se aprieta con los dedos alrededor de cada montoncito para que se pegue. A continuación se cortan los ravioles con un cortapasta específico o con la ruedita de la pizza, una ruedita para cortar ravioles, un cuchillo afilado o el instrumental del que se disponga.

Pelar los tomates y quitar las pepitas. Cortarlos en gajos. En una sartén sofreír en aceite de oliva buenísimo 2 dientes de ajo enteros y añadir los tomates. Salpimentar y rehogar brevemente. Retirar los dientes de ajo. Esta es la salsa.

Cocer los ravioles en abundante agua hirviendo con sal, hasta que estén al dente pero no crudos (a mí me tardaron unos 6 minutos, pero depende del tipo de harina y lo gruesa o fina que sea la pasta).

Escurrirlos, rociar con la salsa con una cuchara y espolvorear con albahaca picada.

¡A comer!