
Ingredientes de la masa:
100 ml de agua templada
50 ml de vino blanco
20 g de levadura "de cerveza" fresca
1 cucharadita de azúcar
7 cucharadas de aceite recuperadas del sofrito del relleno
450 g de harina de fuerza (ver nota *)
1 cucharadita de sal
5o g de mantequilla blanda
Ingredientes del relleno:
3 latas grandes de atún en aceite de oliva (160 g cada una, 104 g escurridas)
2 cebollas grandes picadas (400 g)
1 pimiento rojo picado (150 g)
2 cucharaditas de pimentón dulce
100 g de tomate triturado de lata
1 pizca de sal
Preparación:
Se prepara primero el relleno.
En primer lugar, se escurre el aceite de las latas de atún dentro de la sartén.

En este aceite se sofríen la cebolla y el pimiento picados, con 1 pizca de sal, hasta que se ponen algo transparentes.

Se añade el pimentón, se deja rehogar unos segundos y se añade el tomate.

A esto se le mezcla el atún deshaciéndolo con el tenedor y se cuece un momento hasta que se evapora la mayor parte del líquido. La preparación queda algo aceitosa, pero eso es estupendo, porque este aceite anaranjado (por el pimentón y el tomate) se va a utilizar para la masa.

Se deja enfriar el relleno (en plano inclinado y presionando con la espátula) y se extrae el aceite con una cuchara.
Ahora preparamos la masa:
Yo hice la masa con mi Thermomix, que para algo la tengo. Se puede hacer lo mismo amasando a mano.
En primer lugar, para activar la levadura y asegurarme de que está fresca y va a funcionar correctamente, la coloco en un cuenquito con 1 cucharadita de azúcar, aplasto con la cucharita (se vuelve un poco líquida) y agrego 1 cucharada de harina y 50 ml de agua templada (temperatura biberón). Esto lo meto en el microondas apagado (evita corrientes de aire) y lo dejo 10 minutos. Si hace burbujas y aumenta de volumen, todo va bien y podemos seguir.

Entonces ponemos esta "prelevadura" en la Thermomix con el resto del agua, el vino (a temperatura ambiente) y el aceite y programamos 37ºC, 1 minuto, velocidad 1. Por último, echamos la harina, programamos 2 minutos velocidad espiga, agregamos la mantequilla blanda troceada y seguimos 1 minuto más con velocidad espiga. Ya está. Queda una masa blanda, pero nada pegajosa, de un color anaranjado un poco flashy, pero eso disminuye con la cocción.
Ahora, como cualquier masa de levadura que se precie, la ponemos en un recipiente, la cubrimos con un paño y la dejamos leudar (en el microondas apagado, como antes) unas 2 horas. Más o menos duplica su volumen.

Finalmente, armamos nuestra preciosa empanada. Untamos de mantequilla (o aceite) el fondo y las paredes de una bandeja para horno (la mía es de 30x40 cm) y cubrimos el fondo con una hoja de papel encerado para hornear. Dividimos la masa en dos trozos (uno un poquito más grande que el otro). Estiramos el trozo más pequeño con el rodillo, hasta que quede bien fino y rebase un poco el tamaño del fondo del molde, para poderle pegar luego el otro trozo de masa.

Distribuimos el relleno casi hasta el borde, dejando 1 cm más o menos sin relleno todo alrededor.

Estiramos con el rodillo el segundo trozo de masa, un poco más grande (etc. etc.), lo colocamos en el buen sitio enrollándolo en el rodillo para el traslado, unimos los bordes presionando con los dedos (aquí recortamos el sobrante de masa, que servirá para decorar) y decoramos con unas tirillas de masa. En el centro, unos tajos o un agujero redondo para que salga el vapor. Queda así de bonita.

Entonces, al horno, a 200ºC (mejor si es un horno con ventilación), 30-40 minutos. Yo a mitad de cocción abro el horno y echo en el suelo del mismo un chorro de agua fría (o 3 cubitos de hielo) cerrando la puerta inmediatamente, para que se haga algo de vapor. Eso ayuda a que la masa siga siendo tierna y no se seque. Ya estamos. Cuando esté hecha, se retira del horno, se admira y se deja enfriar.

* Esta nota puede ser útil especialmente para quien pretenda hacer esta receta en Bélgica. En este país, por razones que se me escapan, las harinas "blancas" (no integrales) que se venden en supermercados en general no sirven para panificar. Tienen un contenido de proteínas (y por consiguiente, de gluten) demasiado bajo. La mayoría solo sirven para hacer bizcochos, o como mucho, pâte brisée y similares. Las llamadas farine pour pain blanc son todavía peores: tienen una mezcla de ¡¡¡alubias molidas!!!, lo que produce unas flatulencias impresionantes, y tampoco tienen suficiente gluten. Las tres clases de harina que he encontrado hasta ahora que son utilizables son:
1) la farine de froment pour pâtisserie producto blanco marca Delhaize, que contiene alrededor de 11 g de proteína por 100 g;
2) la farine de froment producto blanco de Carrefour, que contiene alrededor de 9 g de proteína por cada 100 g;
3) la harina italiana Paone del Carrefour, que dice farina di grano tenero tipo 00.
Las harinas más "refinadas", de marcas (en general francesas) tienen 8 o menos gramos de proteína por cada 100 g. Desde mi punto de vista, no vale la pena comprarlas.
Una solución de fortuna para cuando no se encuentra otra cosa es mezclar un 80% de esas harinas belgas malas con un 20% de harina italiana de trigo duro, que aquí se encuentra en muchos supermercados y en tiendas italianas.
Por último, la solución fetén sería, en realidad, añadir un 20% de la famosa harina Manitoba, que viene de Canadá y tiene como 14 g de proteína por cada 100 g, pero aquí tampoco sé donde encontrarla.
Queda dicho: después, que nadie me diga que mi receta de masa de empanada no es buena.
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